Ante la necesidad de vivienda planteada por la llegada masiva de temporeros en las épocas estivales, comienzan a aparecer los problemas de infravivienda y hacinamiento en los pueblos de Castilla la Mancha. En esta situación, se propone un sistema normalizado de cápsulas – vivienda prefabricadas que aparecen y desaparecen con la llegada y salida de las comunidades agrarias inmigrantes en las lindes de Argamasilla de Alba, de modo que el pueblo crezca ante la llegada de sus visitantes.
El sistema se configura bajo una cubierta fija de la que, además de las redes de instalaciones necesarias para la vida, cuelgan las cápsulas de vivienda mediante raíles que permiten su rápida colocación y almacenamiento. En base a un modo de vida improvisado y efímero, las viviendas se plantean enfocándose en la variabilidad: cada usuario puede escoger su configuración de hogar deseada al posar la cápsula sobre la posición fija donde se desplegará, y posteriormente podrá variar la configuración del hogar de manera más inmediata por medio del sistema de telas extensibles que actúan como cerramiento y partición del espacio.
Dentro de la matriz de viviendas, versátil y dependiente de las condiciones personales de cada usuario, de la comunidad o del terreno, comenzarán a aparecer situaciones de corredor o de esponjamiento, en pequeñas plazas formadas entre los recovecos de las viviendas o más espaciosas en la ausencia de estas. De este modo y por medio de la variabilidad inevitable que propone el sistema, se garantiza una comunidad compleja y se evita la monotonía visual y social.
