La relación entre el pueblo de Ejea y su polígono aparece como una carretera dividida por varias rotondas. No cuenta con un espacio dedicado al peatón que quisiera ir andando desde una parte a la otra, y, además, surge la cuestión de la ampliación del polígono.
La conexión entre el núcleo de población y el polígono aparecerá con esta arquitectura de máscara, que seguirá la idea de la falsa fachada usada en la famosa actividad cultural de los gigantes de Ejea, la cual acogerá una gran cantidad de viviendas en hilera dispuestas en 4 módulos diferentes, dando una falsa apariencia, igual que sucedía en la antigua Las Vegas, a los diversos itinerarios que se encuentran tras ella.
Se disponen dos grandes fachadas a los lados de una carretera con un boulevard por medio y calles comerciales en la planta baja. Las viviendas se apoyan sobre estas edificaciones comerciales.
Se ha realizado un análisis de fachadas, proponiendo 8 diferentes fachadas para el proyecto.
Las viviendas están organizadas por plantas separando entre zona de día (a la que se accede nada más entrar a la vivienda) y zona de noche. Ambas fachadas se disponen de la misma manera (no de manera simétrica) de manera que los pasillos dan al norte para aprovechar la fachada sur para directamente las viviendas.
