Viviendas flexibles para nuevos estilos de vida.

Tras el análisis del área de proyecto, se realiza una intervención topográfica destinada a compensar el notable desnivel presente. El proyecto prevé la creación de tres niveles, cuidadosamente adaptados al contexto, dentro de los cuales se ha introducido el primer tipo de hábitat,cuya forma retoma la regularidad de los niveles, integrándose armoniosamente con el paisaje circundante. El área se puede recorrer gracias a un sistema de caminos que conectan los otros dos tipos de hábitat: la torre, caracterizada por su verticalidad, y el bloque, por su linealidad.

La primera tipología de hábitat, la vivienda enterrada, se ha diseñado como un espacio flexible que se adapta a las necesidades de sus ocupantes, ofreciendo una experiencia espacial única. Este sistema está concebido para que cada estancia funcione como una secuencia de ambientes interconectados, similar a un palacio barroco, donde el usuario atraviesa diferentes espacios para acceder a nuevas habitaciones.

Los espacios libres diseñados en el interior están vinculados directamente con las viviendas, reforzando la relación entre las diferentes estancias y potenciando la flexibilidad de uso.

Cada habitación está conectada a un estudio, que no solo proporciona iluminación y ventilación natural, sino que también actúa como un lugar de tránsito que permite moverse de una habitación a otra. Este diseño asegura una continuidad espacial fluida y funcional, promoviendo un equilibrio entre privacidad y conexión dentro de la vivienda.

La conexión con los estudios es posible gracias al uso de un mobiliario flexible, un paquete compacto que contiene una cama y un escritorio, del cual se despliega una pared plegable. Este sistema permite transformar el espacio según las necesidades: durante el día, crea un lugar de estudio y trabajo funcional, mientras que por la noche proporciona privacidad, convirtiendo el estudio en una zona de descanso.


