
Se sitúan, en lo alto de una colina, dominando el paisaje, dos antiguas torres de vigilancia de la era de la Reconquista. Su posición privilegiada las convierte en hitos para los residentes y viajeros, al despuntar de la elevación que coronan.
Teniendo por objetivo evitar cualquier tipo de alteración permanente en el lugar, se proponen una serie de instalaciones de carácter turístico y un dispositivo tecnológico para trabajadores de la Junta y técnicos locales, ambas con una vocación temporal y provisional, sin restar protagonismo a sus milenarias referencias.



