Nos encontramos en Ejea de los Caballeros, una localidad situada en la comarca de las Cinco villas en la provincia de Zaragoza, Aragón. Es un municipio desconcentrado en el que coexisten 9 núcleos de población (la ciudad de Ejea que actúa como núcleo central y 8 barrios rurales donde destacan 2 enclaves históricos y 6 pueblos de colonización).
Según nos aproximamos a Ejea, nos encontramos con un gran polígono industrial cuya huella es casi más grande que la propia Ejea y la única separación entre estos dos grandes focos tan diferenciados es una carretera convencional de dos sentidos.
El proyecto surge de la necesidad de acabar con la desconexión entre el pueblo de Ejea de los caballeros y el Polígono Industrial de Valdeferrín, mediante el diseño de un boulevard entre dos grandes fachadas longitudinales continuas a través del cual surgen distintos programas.
Uno de estos programas es un intercambiador que busca la conexión de Ejea no solo a nivel local pero también a nivel nacional con el fin de hacer más accesible las comunicaciones y fomentar el crecimiento de la ciudad.
Este proyecto incluye la incorporación no solo de una simple estación de autobuses sino que alberga un parking de vehículos privados y también un servicio de alquiler de bicicletas con el fin de fomentar el uso y disfrute del boulevard, pero también de los campos del municipio.
El acceso al intercambiador se produce a través de la fachada de un bloque de viviendas caracterizado por 8 núcleos verticales que funcionan como hito visual.
La fachada consiste en un sistema de persianas de madera retráctiles con el fin de proporcionar privacidad a los usuarios aún permitiendo la entrada de luz natural. Siguiendo con esta materialidad, la cubierta del intercambiador está compuesta por una estructura metálica y una subestructura de lamas de madera.
Las viviendas están destinadas a trabajadores del intercambiador, estudiantes y pequeñas y grandes familias, es por ello que se han diseñado 4 tipologías de viviendas. Este bloque cuenta además con espacios comunes entre los que se encuentran un gimnasio y una sala de estudios y juegos. Cabe destacar la búsqueda de la conexión con el campo mediante la incorporación de un invernadero en la planta superior donde todos los habitantes podrán aportar su granito de arena a la comunidad.
